CUMBRE DEL CLIMA DE ÁFRICA

Cumbre en Adís Abeba presiona por un financiamiento real para la adaptación climática en África

Un evento en Etiopía debate cómo transformar acuerdos globales en acción práctica, con África exigiendo que la adaptación y la resiliencia sean tratadas como inversión, no un acto de caridad

Cumbre del Clima en Adís Abeba exige transformar promesas en inversiones para la adaptación en África – Foto: Rafa Neddermeyer/COP30 Brasil/PR
Cumbre del Clima en Adís Abeba exige transformar promesas en inversiones para la adaptación en África – Foto: Rafa Neddermeyer/COP30 Brasil/PR

Por Leandro Molina / COP30 Brasil

En la reciente Cumbre del Clima de África, celebrada en Adís Abeba, Etiopía, los debates sobre la financiación de plataformas nacionales y la adaptación a gran escala pusieron de relieve los profundos obstáculos de la justicia climática global. Se hizo evidente la gran distancia entre la retórica de los acuerdos internacionales y la disponibilidad efectiva de recursos.

Líderes africanos, representantes de la sociedad civil y del sector financiero trazaron un cuadro de urgencia para exigir caminos concretos hacia un cambio de paradigma, presionando por una transición de las comisiones de debate a la práctica. Alice Amorim, directora de Programa de la COP30, marcó el tono al inicio de la sesión, articulando la ambición de que la conferencia de Belém sea un punto de inflexión en la implementación de las promesas.

"Lo que estamos intentando hacer ahora es lo contrario. Es usar lo que ya se concluyó, en particular en el balance global de la COP28, y llevarlo a las realidades en el terreno", afirmó. Amorim subrayó que la adaptación debe dejar de ser un apéndice de la mitigación y convertirse en parte central de la transición energética y de desarrollo. "No podemos esperar más para invertir en adaptación y resiliencia. Y eso es lo que significa hacer de la adaptación parte de la transición", explicó.

Alice Amorim defiende que la conferencia de Belém debe marcar el giro de la negociación a la práctica, priorizando financiamiento y resiliencia, especialmente en el Sur Global – Foto: Rafa Neddermeyer/COP30 Brasil/PR
Alice Amorim defiende que la conferencia de Belém debe marcar el giro de la negociación a la práctica, priorizando financiamiento y resiliencia, especialmente en el Sur Global – Foto: Rafa Neddermeyer/COP30 Brasil/PR

Las cifras presentadas, que ilustran un profundo abismo financiero, fueron citadas por la ministra de Medio Ambiente de Ruanda, Jeanne d'Arc Mujawamariya. Según ella, el continente africano necesita al menos USD 25 mil millones anuales solo para adaptación.

A pesar de que el flujo total de financiamiento climático hacia África aumentó un 50% en 2022, la ministra señaló que la porción destinada a la adaptación sigue siendo inferior a un tercio del total, una cantidad irrisoria ante la magnitud de la necesidad. "Y eso no es solo un déficit en números, es un déficit en justicia", alertó Mujawamariya, quien añadió que comunidades en toda África ya enfrentan inundaciones, desertificación y sequías. "Ellas no pueden esperar a que terminen los debates técnicos mientras sus vidas están en riesgo", destacó.

El embajador de Zimbabue, Tadeous Chifamba, habló del sentimiento, colocando la responsabilidad moral sobre los contaminadores históricos: "Ellos deberían hacer su parte. Pero está muy claro que dicen que probablemente no pueden hacer más de lo que están haciendo actualmente, lo cual es mucho menos de lo que se exige", observó.

La visión estratégica de reclasificar la resiliencia para captar billones

La respuesta más contundente y práctica sobre cómo cerrar esta brecha vino del sector de inversiones. Hubert Danso, presidente y director ejecutivo de Africa Investor Group, presentó un análisis visionario. Argumentó que el problema central es filosófico. "Necesitamos dejar de intentar hacer que el desarrollo sea ‘invertible’ y comenzar a hacer inversión desarrollista", defendió.

Danso expuso una contradicción fundamental. Según él, las instituciones financieras internacionales prometen cientos de miles de millones, pero los 300 billones de dólares en capital institucional privado global —la verdadera fuente de escala— permanecen en gran medida inaccesibles debido a estructuras inadecuadas. "Estamos gastando el 90% de nuestro tiempo con una constitución que puede movilizar el 10% del capital, y menos del 10% con inversores institucionales que pueden movilizar el 90%", criticó.

Para atraer esa masa de capital, Danso presentó cuatro recomendaciones estratégicas:

1. Tratar la resiliencia como infraestructura regulada: clasificar defensas contra inundaciones, agricultura resiliente y sistemas hídricos como infraestructura crítica, con protecciones regulatorias equivalentes a las de carreteras o redes eléctricas. Eso daría la previsibilidad y seguridad que exigen los inversores de largo plazo.

2. Crear vehículos de inversión con múltiples atribuciones: desarrollar instituciones públicas que agrupen proyectos de agricultura, seguros y ciudades para diversificar los flujos de ingresos y hacerlos bancables.

3. Desarrollar productos financieros estandarizados y negociables: incentivar la creación de bonos verdes (green bonds), instrumentos de adaptación y fondos paramétricos vinculados a sistemas de clasificación que organicen información global. 

4. Conectar jefes de Estado directamente con quienes controlan grandes volúmenes de dinero —como fondos de inversión, bancos o administradores de capital.

Finalmente, Hubert Danso hizo un llamado directo a la presidencia de la COP30. "En el camino hacia la COP30, necesitamos traer a jefes de Estado y gobernadores de bancos centrales a la mesa con quienes administran los grandes recursos financieros mundiales, responsables de los 300 billones de dólares".

¿Qué significa esto para África y para el mundo?

El sudafricano Hubert Danso afirma que África pide una alianza global para transformar billones en inversiones de resiliencia climática – Foto: Leandro Molina/COP30 Brasil/PR
El sudafricano Hubert Danso afirma que África pide una alianza global para transformar billones en inversiones de resiliencia climática – Foto: Leandro Molina/COP30 Brasil/PR

La visión de Danso trasciende el llamado a ayuda externa. Es una propuesta para una nueva asociación económica global que reconozca la resiliencia climática no como un costo, sino como la mayor oportunidad de inversión del siglo XXI.

Para África, este cambio significa poder acceder al capital necesario para construir infraestructura vital, proteger sus economías y garantizar un futuro a su población joven y creciente. Significa pasar de un "lugar de déficit a un lugar de oportunidades", como definió la ministra de Ruanda.

Para el mundo, la lección es de interdependencia. Con el 80% de la economía africana dependiendo de la naturaleza y de los ecosistemas, los riesgos son sistémicos. Danso citó que entre 2000 y 2019, 80 billones de dólares en actividad económica global fueron puestos en riesgo por la degradación ambiental, de los cuales 6 billones correspondieron solo a África. Invertir en la adaptación africana, según él, es invertir en la estabilidad y seguridad económica global.

El debate en Adís Abeba estableció un hito, en el cual la COP30 en Brasil debe servir como prueba definitiva para ver si el sistema climático global puede evolucionar de un foro de debate a una plataforma de acción concreta. El éxito, según los panelistas, se medirá por la capacidad de hacer fluir el capital hacia la primera línea de la crisis climática.