SERIE ENVIADOS ESPECIAIS

“El océano es nuestro mayor aliado contra la crisis climática — si está saludable”, alerta Enviada Especial de la COP30

La bióloga e investigadora Marinez Scherer señala que proteger los mares es urgente, ya que estos ecosistemas son responsables de absorber el 90% del calor del planeta y capturar una cuarta parte del dióxido de carbono de la Tierra

“El mar es un bien común de la humanidad, y cuidarlo es una responsabilidad de todos”, afirma Scherer. Foto: Acervo personal
“El mar es un bien común de la humanidad, y cuidarlo es una responsabilidad de todos”, afirma Scherer. Foto: Acervo personal

Por Laura Marques y Maíra Sardinha/COP30

“Sin un océano saludable, no tenemos regulación climática. Nos ayuda a mantener la Tierra habitable”, afirma la bióloga e investigadora Marinez Scherer, profesora de la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC) y referencia nacional en gestión costera y oceánica. Es la Enviada Especial de la COP30 para el tema Océanos, que por primera vez ocupa un lugar central en una conferencia climática de Naciones Unidas, los días 17 y 18 de noviembre, en Belém (Pará).

Responsable de absorber el 90% del calor y capturar una cuarta parte del dióxido de carbono emitido en el mundo, el océano es “el mayor regulador climático de la Tierra”, según Scherer. Pero esta función depende de la vitalidad marina. “Es necesario tener acciones de conservación, protección y, en algunos casos, restauración”, alerta.

Marinez recuerda que la biodiversidad marina, desde los manglares al fitoplancton, forma un engranaje esencial. “Incluso los organismos microscópicos desempeñan un papel importante en la absorción de calor y en el intercambio gaseoso. Todo esto mantiene el planeta habitable”, subraya.

Planificar el uso del mar

La científica explica que el océano es una frontera de ocupación en rápida expansión. “Miramos el mar y creemos que no pasa nada, pero hay una infinidad de actividades humanas”, dice, mencionando navegación, pesca, turismo, biotecnología y energía eólica offshore. 

 “Si no tenemos un planeamiento espacial marino, podemos perder este aliado tan importante contra el cambio climático que es el océano”, advierte. Según ella, Brasil dio un paso relevante al crear el Planeamiento Espacial Marino nacional alineado con modelos internacionales.

Marinez destaca que el país ha presentado acciones ejemplares en este tema al incluir programas como ProManguezais y ProCoral en su Contribución Nacionalmente Determinada (NDC, por sus siglas en inglés). Además de incorporar la franja marítima brasileña (Amazônia Azul) en el Atlas Geográfico Escolar del IBGE, contribuyendo a la concientización sobre la importancia estratégica y los recursos del mar brasileño.

Un solo océano

“El mar no conoce fronteras”, recuerda la investigadora, al defender la gobernanza global para enfrentar la contaminación, el descarte descontrolado de residuos y los derrames de petróleo.

Destaca la importancia del cumplimiento del Tratado de la Biodiversidad en Áreas Más Allá de la Jurisdicción Nacional (BBNJ, por sus siglas en inglés), del cual Brasil es signatario y que entrará en vigencia en 2026. El documento prevé la creación de áreas marinas protegidas, la exigencia de evaluaciones de impacto ambiental para proyectos de gran porte y la distribución equitativa de los beneficios del uso de recursos genéticos marinos. “Es un pacto internacional que hace que el mundo mire al océano como un todo”, explica.

Según la bióloga, Brasil puede ser referencia en la economía azul sostenible. “Tenemos un gran bosque y un gran océano. Ambos pueden convertirnos en líderes en la lucha contra la crisis climática”, evalúa.

La Enviada Especial afirma además que el océano es el principal recordatorio para la humanidad de la importancia del multilateralismo. “Los océanos están conectados en términos físicos y biológicos. Por eso es tan importante que todos los países tomen conciencia. Estamos todos en el mismo barco”.

La adaptación es inevitable

Scherer recuerda que los efectos del cambio climático en los océanos son visibles. Son ejemplos la elevación del nivel del mar y el aumento de eventos extremos como ciclones, sequías y lluvias torrenciales.

La adaptación a este nuevo escenario, según la Enviada, es un desafío inevitable. “Los manglares, los arrecifes de coral, las dunas y las marismas son campeones de la adaptación. Estos ecosistemas realizan el trabajo de protección de forma gratuita. Solo necesitamos no destruirlos”.

Marinez refuerza que el costo de preservar es mucho menor que el de reconstruir. “Si creemos que conservar es caro, el precio de no hacerlo será mucho más alto y se pagará en vidas humanas, destrucción de infraestructura y disminución del bienestar humano en general. El mar es un bien común de la humanidad, y cuidarlo es una responsabilidad de todos”, concluye.

Versión en español: Enora Lessinger (POET/UFC)
Revisado por: Mariana De Santi (POET/UFC)