“Competitividad y sostenibilidad son indisociables”, afirma enviada especial
Con una trayectoria de más de dos décadas en la agenda ambiental, la presidenta del Conselho Empresarial Brasileiro para o Desenvolvimento Sustentável (CEBDS), Marina Grossi, destaca el avance de las empresas brasileñas en la transición sostenible

Por Bárbara Bezerra
En una entrevista al sitio COP30, la Enviada Especial Marina Grossi destacó el papel creciente del sector empresarial brasileño en la agenda climática. Desde 2010, preside el Conselho Empresarial Brasileiro para o Desenvolvimento Sustentável (CEBDS), que reúne a más de 120 empresas responsables de casi el 50% del PIB nacional. Su actuación comenzó a finales de los años noventa, cuando integró las negociaciones sobre el clima y participó en los procesos del Protocolo de Kioto. También estuvo presente en el Fórum Brasileiro de Mudanças Climáticas.
A lo largo de su trayectoria, observó cambios profundos en la percepción empresarial sobre la sostenibilidad. El tema, antes restringido a áreas específicas, pasó a ocupar un lugar estratégico dentro de las empresas. Para Marina, este giro proviene del entendimiento de que el costo de la inacción es mayor que el de la transición.
Según la enviada especial, el sector privado también superó la visión de que las acciones sostenibles perjudican la competitividad. “Competitividad y sostenibilidad son indisociables. Ya no existe esa visión del período en el que comencé, de que son asuntos distintos y las acciones sostenibles podían considerarse más costosas”, recuerda.
Acción Empresarial
Marina cita la Coalizão Empresarial para Descarbonização como ejemplo de la nueva postura del sector productivo. La iniciativa reúne a más de 260 empresas de segmentos estratégicos —como transporte, energía, minerales esenciales y agricultura— que desarrollan soluciones conjuntas para reducir emisiones. “Esa convergencia busca alcanzar la meta cero en 2050, pero con planes concretos para reducir emisiones de gases de efecto invernadero, generar empleo y atraer inversión”, explica.
También destaca el programa Brasil de Soluções, que presenta 136 proyectos empresariales de alto impacto socioambiental, 79 de ellos orientados a la reducción de emisiones y la adaptación climática. Muchas de las iniciativas involucran comunidades locales y cadenas productivas regionales, lo que evidencia que la competitividad, la inclusión y la conservación pueden avanzar juntas. Para Marina, este movimiento marca un nuevo nivel de compromiso, en el que la práctica sustituye al discurso y la sostenibilidad se consolida como eje de innovación.
Desafíos Estructurales
A pesar de los avances, Marina señala obstáculos para acelerar la implementación de las iniciativas, como la falta de instrumentos financieros adecuados para la transición verde —especialmente para pequeñas y medianas empresas— y la ausencia de marcos regulatorios que den previsibilidad a las inversiones. También destaca la necesidad de una mayor integración entre las políticas públicas y las estrategias empresariales.
Aun así, reconoce avances en el diálogo gubernamental. “Cuando esta cooperación funciona, el sector empresarial responde rápidamente, como ya ocurre en varias áreas, como energía limpia, transporte sostenible y bioeconomía”. Concluyó afirmando que la COP30 es una oportunidad para que el sector empresarial demuestre que es parte esencial de las soluciones climáticas y que está listo para actuar, invertir e innovar hacia una transición justa, inclusiva y positiva para la naturaleza.
Versión en español: Mariana De Santi (POET/UFC)
Revisado por: Enora Lessinger (POET/UFC)
