La COP30 amplía los diálogos para que niñas, niños y adolescentes participen en las conversaciones sobre el presente y el futuro del planeta
El BEG abre un espacio para la participación y reconoce el potencial transformador de niñas, niños y adolescentes

Por Rafaela Ferreira | COP30
El Balance Ético Global da un paso más y amplía el debate sobre la comprensión de la crisis climática al incluir niñas, niños y adolescentes. Con el objetivo de invitar a personas, grupos, instituciones y comunidades de todo el mundo a reunirse para conversar, escuchar, reflexionar y proponer caminos hacia un mundo más justo, sostenible y solidario, el BEG coloca la ética en el centro de las decisiones. El BEGlobal es un llamado mundial a la acción climática rumbo a la COP30, en noviembre.
Niñas, niños y adolescentes son sujetos en desarrollo, con formas propias de ver, sentir e interpretar el mundo. Al simbolizar un espacio de escucha representativa y global, el BEG abre la oportunidad de participación para este público, reconociendo su potencial transformador y su derecho a participar activamente en las conversaciones que moldean el presente y el futuro del planeta.
La coordinadora general del Departamento de Educación Ambiental y Ciudadanía del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático (MMA), Isis Akemi, explica que niñas, niños y adolescentes son sujetos de derechos, y que pueden y deben opinar, especialmente en lo que respecta al cambio climático.
“Toda la problemática relacionada con el cambio climático recaerá sobre las generaciones futuras. Los impactos, el desequilibrio climático y todo lo que estamos enfrentando ahora tiende a agravarse en un futuro cercano. Ante eso, es fundamental que niñas, niños y adolescentes tengan sus voces escuchadas para opinar sobre formas de evitar que este colapso ocurra y que la crisis climática se intensifique”, señaló Akemi.
La inclusión de niñas, niños y adolescentes en los diálogos del Balance Ético Global (BEG) es un esfuerzo de la Presidencia de la República Federativa de Brasil, de la Secretaría General de las Naciones Unidas, del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático, del Ministerio de Relaciones Exteriores y entidades de la sociedad civil con reconocida experiencia y actuación junto a este público tan especial, con miras a la Acción Climática y la Transición Justa para potenciar las voces de las niñas, niños y adolescentes, reafirmando que no solo son el futuro, sino sujetos de derechos y agentes de transformación en el presente.
Compromiso ético
Uno de los compromisos del Balance Ético Global para niñas, niños y adolescentes es no reforzar miedos ni alimentar la ansiedad climática. Por el contrario, propone fortalecer vínculos, inspirar confianza colectiva y cultivar sueños que permitan imaginar otros mundos posibles.
Fernanda Oliveira, consultora del Departamento de Educación Ambiental y Ciudadanía del MMA, explica la importancia de adaptar la metodología del BEG para la escucha de este público: “Debemos tener cuidado al conducir estos diálogos para que no resulten en respuestas prefabricadas. No queremos que niñas, niños y adolescentes digan lo que queremos oír, sino que su contribución sea genuina y espontánea. Por eso, los diálogos deben respetar sus propias formas de expresión. Otro desafío es una realidad emergente: la ansiedad climática, o ecoansiedad. Es necesario llevar la discusión sobre la crisis climática y ambiental a su universo sin provocar preocupaciones excesivas sobre su futuro y el de la humanidad”, afirma.
Isis Akemi también destaca que la concepción del Balance Ético Global para el público infantil y adolescente siempre estuvo presente en las discusiones. Sin embargo, este grupo de edad no fue contemplado en la metodología inicialmente lanzada. La decisión respondió a la necesidad de reflexionar, primero, sobre los cuidados necesarios al abordar la crisis climática con este público, a fin de evitar el riesgo de generar ansiedad climática.
Orientaciones metodológicas
El objetivo es que las discusiones promovidas por el BEG con niñas, niños y adolescentes sirvan para abrir oportunidades de participación, reconociendo su capacidad transformadora y su derecho a participar activamente en las conversaciones que moldean el presente y el futuro del planeta.
Para ello, se están realizando diálogos autogestionados del BEG con este público: encuentros organizados de forma libre y descentralizada por escuelas, educadores, colectivos, familias, movimientos sociales, redes y comunidades. El propósito es escuchar qué piensan, sienten y desean las niñas y los niños sobre el mundo en el que viven. Para que estos encuentros sean considerados parte del BEG, deben cumplir tres requisitos: respetar las Directrices para el trabajo con niñas, niños y adolescentes; reunir un mínimo de 20 participantes entre 11 y 17 años; y responder al menos una de las cinco preguntas orientadoras comunes.
Los encuentros siguen la misma propuesta metodológica del BEG para adultos, pero con un lenguaje más accesible, lúdico y sensible a la diversidad de infancias y juventudes. La meta es escuchar percepciones, sentimientos, ideas y propuestas de niñas, niños y adolescentes sobre el mundo que habitan y el mundo que desean. Y hacerlo de forma respetuosa, ética e inspiradora, garantizando el derecho a la participación y el protagonismo de quienes tantas veces son dejados fuera de las decisiones que moldean nuestro futuro común.
Se está elaborando un documento para guiar los diálogos autogestionados del Balance Ético Global con niñas, niños y adolescentes.
Balance Ético Global
Inspirado en el proceso del Balance Global del Acuerdo de París, el Balance Ético Global propone una escucha colectiva y profunda sobre los dilemas morales y civilizatorios que la crisis climática impone a la humanidad. El BEG invita a líderes religiosos, artistas, pueblos indígenas y comunidades locales, jóvenes, científicas y científicos, empresarias y empresarios, mujeres, activistas y formuladores de políticas públicas de las seis regiones continentales del planeta a reflexionar sobre los valores, comportamientos y responsabilidades que deben transformarse para que los compromisos asumidos en las Conferencias del Clima de la ONU se hagan realidad.
El Balance es liderado por el Círculo del Balance Ético de la Presidencia de la COP30, constituido por el Presidente de Brasil y el Secretario General de las Naciones Unidas, con apoyo de la Presidencia de la República, del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático, del Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Secretaría General de la ONU para la Acción Climática y la Transición Justa.
Versión en español: Trad. Kaique Ortiz.
Revisión: Enrique Villamil.

