Unidad continental y búsqueda de justicia financiera marcan la Cumbre del Clima de África, en Adís Abeba, Etiopía
La segunda Cumbre del Clima de África, en Adís Abeba, reunió en su apertura a más de 45 jefes de Estado que defendieron la justicia climática y presentaron soluciones propias del continente. África y Brasil destacaron los lazos históricos y el potencial africano en energías renovables. El desafío es transformar las promesas globales en financiamiento real y accesible

Por Leandro Molina / COP30 Brasil
Con un tono de solidaridad y urgencia, el presidente designado de la COP30, embajador André Corrêa do Lago, participó en la apertura de la segunda Cumbre del Clima de África, celebrada este lunes 8 de septiembre en Adís Abeba, Etiopía. Destacó los lazos históricos entre Brasil y África: “África forma parte de nuestra identidad”. Su mensaje principal fue un llamado a la acción conjunta: “Cuando África habla con una sola voz, el mundo necesita escuchar”, subrayó el embajador.
Corrêa do Lago delineó las tres prioridades de Brasil para la COP30, que se celebrará en Belém: reforzar el multilateralismo climático, conectar las negociaciones con la economía real y la vida de las personas, y acelerar la implementación del Acuerdo de París. “Algunos actores estarían felices de ver fracasar el multilateralismo. Juntos, podemos demostrar que están equivocados”, declaró, defendiendo el sistema multilateral como el único camino viable.
El embajador brasileño fue enfático al resaltar la “injusticia climática” que afecta al continente. “El mundo necesita luchar contra el cambio climático por África, porque su contribución al calentamiento global es absolutamente mínima”, afirmó. Señaló el “paradigma de abundancia y privación” que enfrenta África, un continente riquísimo en recursos naturales, pero con graves indicadores sociales, una realidad que también se refleja en la región de la Amazônia brasileña.
Las palabras del presidente de la COP30 reflejaron el sentimiento central de los líderes africanos presentes. África no debe ser vista como una mera víctima de la crisis climática, sino como un continente de soluciones. El presidente de Kenia, William Ruto, recordó que la Cumbre de Nairobi en 2023 reposicionó a África como una “potencia en el marco global”. No obstante, alertó sobre el escenario internacional volátil: “Justo cuando la magnitud de la crisis climática exige más cooperación, la solidaridad se desmantela. El aislamiento no es una estrategia, es un fracaso”, recalcó.

La cumbre busca consolidar los compromisos de la Declaración de Nairobi, firmada en 2023 durante la primera edición del encuentro, que definió una posición unificada del continente frente a la emergencia climática. Entre las prioridades figura la expansión de la capacidad de generación de energía renovable hasta alcanzar los 300 gigavatios para 2030, garantizando el acceso universal a la energía y apoyando la industrialización verde. Esta transición energética, según los organizadores, es vista como irreversible y esencial para fomentar la creación de empleos, fortalecer las economías locales y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
El presidente de la Comisión de la Unión Africana, S.E. Mahmoud Ali Youssouf, presentó datos contundentes para fundamentar la demanda de justicia. Según él, África contribuye con apenas el 4% de las emisiones globales, pero necesita 300 mil millones de dólares para financiar sus planes de adaptación. “Las prioridades del continente están claramente definidas”, dijo, citando la agricultura inteligente, la transición energética y la economía azul. Defendió la creación de un fondo sólido para pérdidas y daños, así como un sistema de créditos de carbono gestionado por una instancia internacional independiente.
El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed Ali, fue uno de los que mejor expresó la visión de una África protagonista. “No estamos aquí para negociar nuestra supervivencia. Estamos aquí para desarrollar el mundo del próximo clima”, proclamó. Presentó iniciativas domésticas como prueba del potencial africano, como el “Green Legacy”, que ya ha plantado 48 mil millones de árboles, y el futuro “Gran Proyecto Escuadrón”, una represa que generará 5.000 MW de energía renovable. “África puede ser el primer continente en industrializarse sin destruir sus ecosistemas”, propuso, lanzando la idea de un “Pacto de Soluciones” continental para activar innovaciones en energía, agricultura y agua.
La ministra etíope de Planificación y Desarrollo, Fitsum Assefa, destacó el papel del continente en la búsqueda de soluciones propias a la crisis climática. “Etiopía tiene el honor de acoger esta reunión histórica, que muestra las soluciones de África y moviliza financiamiento a gran escala. En estos tres días, vamos a transformar ideas en acción y llevar la voz unificada de África a las plataformas globales”, aseguró.
Ofertas y demandas concretas
Los discursos convergieron en demandas específicas a la comunidad internacional:
Destacó los lazos históricos entre Brasil y África:
1. Reforma de la Arquitectura Financiera: reducción del costo del capital, expansión del financiamiento concesionario (donaciones y préstamos con bajos intereses), alivio de la deuda y eliminación de barreras burocráticas para acceder a recursos.
2. Implementación efectiva del fondo de Pérdidas y Daños: implementación rápida y directa del fondo acordado en la COP27, canalizando recursos a los países ya afectados por desastres climáticos irreversibles.
3. Inversión en Soluciones Existentes: los líderes pidieron que los socios dejen de verlos únicamente como receptores de ayuda y empiecen a invertir en sus soluciones. “Pedimos a nuestros socios que no nos ayuden solo porque estamos afectados, sino que inviertan con nosotros porque somos visionarios”, resumió Abiy Ahmed.
El presidente de Somalia, Hassan Sheikh Mohamud, ejemplificó la cruel ironía de la crisis climática. Dijo que su país tiene emisiones insignificantes, pero es uno de los más afectados, con recientes sequías severas que han desplazado a millones de personas. Detalló planes nacionales para energías renovables y restauración de paisajes, pero enfatizó que dependen del financiamiento internacional para convertirse en realidad.
La sociedad civil, representada por Mujica Poyla, presentó un necesario contrapunto, exigiendo responsabilidad. “La declaración de Nairobi fue visionaria, pero ¿cuántas de sus promesas son realistas? África no puede entrar en otro ciclo de promesas”, observó. Defendió que la declaración de Adís Abeba debe ser clara en cuanto al “qué” se hará, “cuándo” y “con quién”, incluyendo activamente a mujeres, jóvenes y comunidades indígenas en el proceso de toma de decisiones.
El camino hacia la COP30

Corrêa do Lago también subrayó que Brasil está preparando una “COP de la Implementación” y asumirá las prioridades africanas. “Queremos tener un semillero de soluciones, y estoy seguro de que el mundo se sorprenderá con lo que países como Brasil y el continente africano pueden presentar”, destacó.
La realización de la cumbre también refuerza la conexión entre los “dos pulmones del planeta”: la Amazônia, en Brasil, y la selva del Congo, en África. Ambos biomas desempeñan un papel crucial en la regulación climática global y acercan a los continentes en la defensa de políticas más robustas contra la crisis climática.
El mensaje que sale de Adís Abeba es claro: África se está uniendo no para pedir caridad, sino para exigir justicia climática y ofrecer asociación. Llega a la mesa global con un vasto potencial en energías renovables, soluciones basadas en la naturaleza y una población joven e innovadora. El desafío ahora es saber si el mundo—especialmente los países desarrollados—escuchará esa voz unificada y transformará sus promesas en financiamiento real y accesible.
Versión en español: Trad. Kaique Ortiz.
Revisión: Enrique Villamil.
