BELÉM PARA EL MUNDO

Rumbo a la COP30, la capital de Pará revela su riqueza gastronómica

Conoce un poco de la cocina paraense, que los participantes de la mayor conferencia climática del mundo podrán degustar en noviembre. Entre los platos típicos están el tacacá, el pato en tucupi y la maniçoba, además del ya mundialmente conocido açaí, pero consumido con pescado.

El tacacá se sirve caliente y lleva tucupi, jambu, camarón seco y almidón de tapioca. Foto: Getty Images / Ricardo Lima
El tacacá se sirve caliente y lleva tucupi, jambu, camarón seco y almidón de tapioca. Foto: Getty Images / Ricardo Lima

Por Maiva D’Auria | COP30

Sede de la COP30 y puerta de entrada de la Amazonía, la capital paraense guarda, en cada rincón, una historia de resistencia, diversidad y riqueza cultural. A pesar de ser un centro urbano con una población de casi 1,4 millones de habitantes y moderno en varios aspectos, Belém conserva el aire tradicional de las fachadas de sus casonas, de sus plazas, iglesias y capillas del período colonial. Una metrópolis que late con la cultura, la innovación, las tradiciones y la belleza. Entre el sonido del carimbó, el sabor del açaí, el calor de sus playas paradisíacas y la alegría de un pueblo carismático y hospitalario, Brasil se prepara para mostrarle al mundo que el desarrollo, la preservación ambiental y la justicia social no solo pueden, sino que deben caminar juntos.

En vísperas de la mayor conferencia climática del mundo, esta serie especial muestra un poco de lo que hace de Belém una postal del Norte de Brasil. Es una invitación a conocer y a dejarse encantar por la capital amazónica que está a punto de recibir al mundo.

Epicentro de la gastronomía paraense

Belém alberga uno de los mercados más antiguos del país y el mayor al aire libre de América Latina: el famoso Mercado Ver-o-Peso, inaugurado en 1625. Un espacio lleno de aromas, colores y sabores típicos de Pará, que reúne toda la diversidad de la cocina paraense.

En el mercado Ver-o-Peso, los puestos exponen pescados y camarones frescos, verduras y frutas variadas, harinas y condimentos de todo tipo, remedios naturales, hierbas, mandingas y tantos otros productos que solo allí se encuentran. Es en medio de esa efervescencia donde Ulisses Silva tiene su puesto de açaí con pescado frito, uno de los platos más tradicionales que se venden en el lugar.

El comerciante creció en el Mercado Ver-o-Peso, donde empezó a trabajar en la adolescencia, a los 13 años, en el puesto de su madre, y, poco a poco, fue conquistando su propio espacio. Su sueño es que el mundo descubra y valore la riqueza gastronómica del Norte de Brasil.

En el Ver-o-Peso, el açaí es fresco, batido en el momento y servido al estilo paraense: sin azúcar y acompañado de pescado frito. Foto: Getty Images / Wagner Okasaki
En el Ver-o-Peso, el açaí es fresco, batido en el momento y servido al estilo paraense: sin azúcar y acompañado de pescado frito. Foto: Getty Images / Wagner Okasaki

“La cocina aquí en Pará es nuestra riqueza. El açaí con pescado frito, arroz, frijoles, pasta, ensaladita, pescado, está en la mesa de cualquier persona. Lo difícil para el turista es probar un pescado que solo tenemos en Brasil, como el dorado, el filhote y el pirarucú. Entonces, esa va a ser nuestra gran lucha: que ellos prueben nuestro pescado, presentar nuestra comida”, enfatiza el comerciante.

Otro plato tradicional paraense es el tacacá—una sopa de origen indígena hecha con tucupi (caldo extraído de la mandioca), camarón seco, tapioca y jambu, una planta común en el norte de Brasil que provoca una ligera sensación de adormecimiento y cosquilleo en la boca y en la lengua. O, como dicen en la región, hace “temblar” y salivar.

Entre los sabores de la región también se encuentran el irresistible pato en tucupi, que lleva carne de pato cocida en el caldo de tucupi con jambu y hierbas aromáticas, y la maniçoba, hecha con hojas de mandioca brava (maniva) cocidas durante varios días para eliminar el ácido cianhídrico, que es un componente tóxico. Tras la larga cocción, la maniva se combina con carnes de cerdo, charque, embutidos y otros condimentos.

Y aún hay más: el arroz con pato y el tradicional pirarucú—uno de los peces de agua dulce del mundo más grandes del mundo—son algunos de los platos típicos que no se pueden dejar de probar.

Para el postre, el dulce de cupuaçú—una fruta grande, ovalada y de pulpa blanca y cremosa—, la crema de tapioca, los bombones de castaña y los helados de frutos autóctonos de la región prometen una explosión de sabores amazónicos.

En Belém, es posible encontrar bombones artesanales rellenos con los más variados sabores de las frutas de la región. Foto: Rafael Medelima / COP30
En Belém, es posible encontrar bombones artesanales rellenos con los más variados sabores de las frutas de la región. Foto: Rafael Medelima / COP30

A pocos metros del mercado Ver-o-Peso, se encuentra la Estação das Docas, un encantador complejo gastronómico que es, en realidad, una invitación a sentarse, saborear las delicias de la región y disfrutar de una puesta de sol impresionante a orillas de la Bahía de Guajará.