INFRAESTRUCTURA

La seguridad en la COP30 seguirá el modelo brasileño aplicado en grandes eventos Internacionales

Las fuerzas de seguridad implementarán en la COP30 el mismo modelo operativo utilizado durante la Copa del Mundo, los Juegos Olímpicos y el G20, con agentes dedicados a la protección de líderes mundiales y de la población de Belém

Ciudad de Belém, en el estado de Pará, sede de la COP30 | Foto: Rafa Neddermeyer / COP30
Ciudad de Belém, en el estado de Pará, sede de la COP30 | Foto: Rafa Neddermeyer / COP30

Por Leandro Molina / COP30

Ante la expectativa de recibir a más de 140 jefes de Estado y a miles de representantes de casi todos los países del mundo, la seguridad de la 30.ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), prevista para noviembre de este año en Belém, Pará, se ha convertido en una prioridad absoluta para el Gobierno brasileño.

Según Pedro Pontual, secretario ejecutivo adjunto de la Casa Civil de la Presidencia de la República, los preparativos avanzan bajo un modelo de integración entre organismos federales, estatales y municipales. Brasil, destaca, posee una vasta experiencia en la organización de eventos internacionales de gran envergadura, como el Mundial de Fútbol de 2014, los Juegos Olímpicos de 2016, la presidencia del G20 en 2024 y, actualmente, del BRICS. “Estamos trabajando dentro del mismo modelo de seguridad, con un enfoque que exige integración”, explicó.

El proceso preparatorio para garantizar la seguridad de la COP30 comenzó en 2024, tras asumir Brasil la presidencia de la conferencia. Desde entonces, la Secretaría Ejecutiva de la Casa Civil ha liderado diez talleres de planificación con la participación de todas las fuerzas de seguridad pública y defensa nacional.

Entre los organismos involucrados se encuentran la Policía Federal, la Policía Federal de Carreteras, el Ministerio de Defensa, el Gabinete de Seguridad Institucional (GSI) de la Presidencia, la Casa Civil, el Ministerio de Relaciones Exteriores, el Ministerio de Gestión e Innovación, así como la Secretaría de Seguridad Pública y Defensa Social del estado de Pará y la Guardia Civil Municipal de Belém.

El reto, según Pontual, es trazar con precisión todas las actividades necesarias para garantizar un evento seguro, asignando responsabilidades conforme a las atribuciones legales de cada institución. “Incorporamos a los órganos estatales y municipales según sus competencias y la necesidad de integrarse a este proceso”, destacó.

Para ello, se está estructurando un Plan Estratégico de Seguridad Integrada, que servirá como guía para todas las acciones. A diferencia de otras presidencias recientes asumidas por Brasil, la COP30 tendrá una duración más extensa, con actividades distribuidas a lo largo de varios días, lo que, en palabras de Pontual, recuerda el modelo de los Juegos Olímpicos.

La seguridad en el río Guamá, en Belém, es vital para proteger comunidades, garantizar el transporte fluvial y preservar el ecosistema | Foto: Rafa Neddermeyer / COP30
La seguridad en el río Guamá, en Belém, es vital para proteger comunidades, garantizar el transporte fluvial y preservar el ecosistema | Foto: Rafa Neddermeyer / COP30

Esto implica desafíos adicionales, especialmente si se considera que Belém no tiene tradición en acoger eventos de dimensión internacional semejante. Otro factor distintivo de la COP30, en comparación con el G20 o los Juegos Olímpicos, es la participación directa de la ONU en temas de seguridad. “Hay una variable adicional que debemos considerar: la ONU participa activamente, incluso en la seguridad”, explicó Pontual.

Esto implica que partes del espacio de la conferencia estarán bajo gestión directa de las Naciones Unidas —la llamada Zona Azul—, con control de acceso y seguridad a cargo de la organización internacional, mientras que otras áreas quedarán bajo responsabilidad de las autoridades brasileñas.

En cuanto al contingente de seguridad, Pontual hizo una comparación con la reciente presidencia brasileña del G20, que movilizó cerca de 20 mil agentes. “Difícilmente será una cifra inferior”, afirmó, señalando que la distribución del personal se ajustará a las necesidades y dinámicas de cada fase de la conferencia. “Habrá momentos con mayor concentración de profesionales de seguridad y otros de menor presencia, dependiendo de la propia naturaleza del evento”, subrayó.

Desafíos identificados

La geografía y las características naturales de Belém también imponen retos específicos al planeamiento de seguridad. La ciudad está atravesada por ríos e igarapés, y gran parte de su dinámica urbana depende del transporte fluvial. En este contexto, las Fuerzas Armadas desempeñan un papel fundamental. Por ejemplo, el Comando Militar de la Amazonia, con amplio conocimiento de la región, estará involucrado, así como la Marina, encargada de la seguridad en el ámbito fluvial, como ya ocurrió en la Cumbre del G20 en Río de Janeiro.

Respecto al impacto sobre la movilidad urbana, Pontual reconoce que eventos de esta magnitud inevitablemente alteran la dinámica de la ciudad. “No será diferente en Belém con la COP30. Por eso, en las discusiones del plan de seguridad integrada contamos con la participación de órganos responsables del tránsito, la planificación y la movilidad urbana”, explicó. La alcaldía, el Gobierno estatal y el DETRAN (Departamento de Tránsito) forman parte del equipo de planificación, con el objetivo de garantizar el funcionamiento de la ciudad, aún con ajustes temporales.

El secretario ejecutivo adjunto subraya el alto nivel de profesionalismo de las fuerzas de seguridad involucradas. “Es importante destacar la competencia de los organismos brasileños, tanto federales como locales. Es alentador contar con profesionales altamente capacitados para una operación de esta envergadura”, evaluó.

Planificación integrada y uso de tecnología

Al frente de las operaciones de la COP30, la directora Nilza de Oliveira detalla los desafíos y avances en la preparación de la seguridad, movilidad e infraestructura. Liderando un equipo que coordina desde la fuerza de trabajo hasta la gestión de residuos sólidos, Oliveira destaca la complejidad de garantizar el funcionamiento simultáneo de todos los servicios esenciales.

Todas las fuerzas de seguridad participaron en la elaboración de la matriz de responsabilidades, ya finalizada. Actualmente, se trabaja en la transformación de esa estrategia en planes táctico-operativos, a través de talleres destinados a alinear a las distintas fuerzas y evitar fallas de coordinación. “No sirve de nada tener un buen plan de defensa si los actores no dialogan. Todos deben contar con la misma información y estar preparados para los mismos escenarios”, afirmó.

También se estudiaron los impactos en la movilidad de Belém, ciudad que ya enfrenta desafíos estructurales en esta área. Para la COP30, se diseñó un plan específico, elaborado por la Dirección de Infraestructura de la SECOP de la Casa Civil. “El proyecto prevé puntos de conexión (hubs) de autobuses exclusivos para los delegados, reduciendo así la presión sobre el transporte público local. La movilidad de los delegados estará garantizada con una flota propia”, detalló Nilza de Oliveira.

Aunque algunas vías serán cerradas temporalmente, especialmente durante la llegada de autoridades, se procurará mantener el funcionamiento básico de la ciudad. “Belém no puede paralizarse; necesitamos que los comercios y servicios sigan operando”, afirmó. Otro reto logístico será el traslado entre los barcos-hotel —que hospedarán parte de las delegaciones— y los espacios del evento. “Todo esto está siendo planificado y será monitoreado para asegurar la movilidad de los participantes”, añadió.

Sobre el legado que la COP30 puede dejar a Belém en términos de seguridad, Nilza de Oliveira explicó que no se prevé la adquisición permanente de equipamientos, ya que el enfoque está en el uso de recursos existentes y en costos operativos. No obstante, destacó que el mayor legado será el conocimiento técnico y la experiencia adquirida colectivamente.

La COP30 será un evento civil, democrático y seguro, con enfoque en la hospitalidad y la libertad, sin estado de excepción | Foto: Rafa Neddermeyer / COP30
La COP30 será un evento civil, democrático y seguro, con enfoque en la hospitalidad y la libertad, sin estado de excepción | Foto: Rafa Neddermeyer / COP30

Otro aspecto relevante es la coordinación con los equipos de seguridad de los jefes de Estado, que usualmente traen sus propios dispositivos. “Esta articulación también es clave y esperamos que sea tan fluida como en el G20 o en los BRICS. Las experiencias previas contribuyen mucho a nuestra preparación para la COP30”, señaló.

De acuerdo con Daniel Joseph Lerner, coordinador de seguridad y salud para la COP30, la operación tiene como objetivo proteger a los jefes de Estado, representantes de la ONU y miles de delegados, así como a la población de Belém. “Es una operación que abarca muchos actores, para garantizar la seguridad no solo en el Parque de la Ciudad —sede del evento—, sino también en toda el área circundante, asegurando que Belém funcione plenamente durante noviembre”, señaló.

La operación incluye la protección de zonas turísticas, el transporte de autoridades y el monitoreo de áreas estratégicas como el río Guamá, esencial para la logística y la seguridad del evento. La Marina y otros organismos federales estarán presentes en esta dimensión fluvial, dentro de una estrategia basada en cuatro pilares: seguridad de autoridades, seguridad de los eventos, protección de infraestructuras críticas y seguridad cibernética.

Lerner resaltó la importancia de la ciberseguridad en el planeamiento estratégico. Todas las medidas, tecnologías y protocolos están siendo cuidadosamente definidos. “La ciberseguridad es esencial. La COP contará con una red propia, protegida con prácticas internacionales, como contraseñas, firewalls y otros mecanismos. Aunque la ONU define los parámetros técnicos, Brasil cuenta con profesionales capacitados y tecnología compatible. Estamos preparados para garantizar la protección de redes y sistemas durante el evento”, afirmó.

Garantía de libertad en un ambiente democrático y acogedor

Una de las preocupaciones es equilibrar la protección de los participantes y de la ciudad con la garantía del derecho a la libre expresión. Lerner enfatizó que Belém será escenario de una amplia participación de la sociedad civil. Explicó que uno de los principales desafíos de seguridad será asegurar que las manifestaciones se desarrollen de forma libre, pacífica y armónica, sin comprometer el funcionamiento de la ciudad ni la integridad de los participantes.

Lerner aclaró que no está previsto el uso ostensible de las Fuerzas Armadas, como tanques o soldados patrullando las calles. “Existen aspectos importantes que dependen de las Fuerzas Armadas, pero nuestra intención es evitar cualquier apariencia de estado de excepción. Queremos un ambiente de hospitalidad y libertad, que es el espíritu de la COP30 y una de las razones por las que se eligió Belém como sede”, concluyó.

Versión en español: Trad. Kaique Ortiz.
Revisión: Enrique Villamil.