El Balance Ético Global destaca la necesidad de un pacto internacional para orientar la acción climática
En un panel celebrado en la Zona Azul de la COP30, representantes de gobiernos, del ámbito científico y de la sociedad civil defendieron un compromiso ético mundial que acelere la implementación de las decisiones climáticas. Estos debates integran la agenda oficial del Balance Ético Global, uno de los cuatro círculos de liderazgo de la conferencia

Por el Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático
El martes 18 de noviembre, autoridades, especialistas y representantes de la sociedad civil defendieron la necesidad de un compromiso ético global para orientar los esfuerzos internacionales frente al cambio climático. Este fue el tema central del panel de alto nivel “Balance Ético Global: un Mutirão Ético por la Acción Climática”, celebrado en la Zona Azul de la COP30.
En el encuentro se presentó la trayectoria del Balance Ético Global (BEG), una iniciativa que forma parte de la arquitectura de liderazgo de la COP30 y que, a lo largo del año, ha reunido contribuciones de diversos sectores —comunidades indígenas, sociedad civil, gobiernos locales, sectores religiosos, academia y juventudes— con el fin de consolidar principios éticos que respalden la implementación de los acuerdos climáticos ya asumidos.
El enfoque del BEG pretende ofrecer, en palabras de los participantes, una “brújula ética” para la acción climática global que complemente los diagnósticos técnicos y fortalezca las decisiones que dialoguen con la justicia, la solidaridad y la responsabilidad compartida.
Durante el panel, se destacó la importancia de construir una orientación común que alinee valores éticos y compromisos concretos. La ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático (MMA), Marina Silva, señaló que el proceso inaugura “un mapa que nos guía hacia el punto seguro de un modelo más justo, más sostenible, que no deje a nadie atrás y que permita vivir en paz con nosotros mismos, con nuestras sociedades y con la naturaleza”.
También alertó sobre el avance de una “ética de circunstancia”, caracterizada por la relativización de los hechos y el debilitamiento de los valores fundamentales. Según la ministra, el esfuerzo global debe basarse en principios que otorguen estabilidad al compromiso con la justicia y la libertad.
La expresidenta de Irlanda y colíder del Diálogo Regional del BEG en Europa, Mary Robinson, señaló que la movilización ética amplía la noción tradicional de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC). Al recuperar debates del encuentro “Conferencia Sembrando Esperanza”, celebrado en Roma, Robinson afirmó que surge ahora algo que denominó “contribuciones determinadas por los pueblos” —un movimiento que refleja las expectativas sociales de obtener respuestas más ambiciosas ante el calentamiento por encima de 1,5 °C.
Para Robinson, “las personas quieren acción climática” y expresan una preocupación creciente por ecosistemas sensibles como los arrecifes de coral y la Amazonia.
Cecilia Kinuthia-Njenga, directora de la División de Apoyo Intergubernamental y Progreso Colectivo de la CMNUCC, recordó la experiencia del primer Balance Global del Acuerdo de París, concluido en la COP28, y destacó cómo el BEG avanzó en la ampliación de la participación social. Según ella, los seis diálogos regionales promovidos alrededor del mundo “fueron una oportunidad real para que todas las voces participaran en el proceso”.
Kinuthia-Njenga también afirmó que los valores éticos ya empiezan a influir de manera concreta en las negociaciones multilaterales: “Principios como la justicia, la solidaridad y la responsabilidad compartida están orientando las decisiones que se tomarán”.
Para la Campeona de Juventud de la COP30 y moderadora del panel, Marcele Oliveira, el encuentro es “un hito hacia el mayor objetivo del Balance Ético Global: inspirar decisiones multilaterales más justas, humanas, inclusivas y coherentes con la magnitud de la emergencia que enfrentamos”.
El proceso del BEG está alineado con los compromisos firmados por casi 200 países sobre energías renovables, eficiencia energética, lucha contra la deforestación y transición justa. Los diálogos regionales, realizados en todos los continentes, reunieron a líderes indígenas, representantes políticos, religiosos y comunitarios, así como a científicos, artistas y activistas.
Estas discusiones consolidaron una serie de recomendaciones que se entregarán a la presidencia de la COP30 y a la CMNUCC en un Informe Global que recoge directrices prioritarias para jefes de Estado y negociadores. El documento presenta principios de justicia, equidad, solidaridad y cooperación multilateral, haciendo hincapié en la implementación de los acuerdos climáticos ya establecidos, especialmente el Acuerdo de París y las decisiones de la COP28.
Las conclusiones refuerzan la urgencia de transformar los modelos de producción y consumo para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C. El proceso incluye, además, Diálogos Autogestionados, que amplían el alcance local y comunitario del BEG.
El objetivo es integrar recomendaciones en las agendas de acción de la COP30 para influir en áreas como el desarrollo humano, las finanzas climáticas, la transición justa, la biodiversidad, la cultura y la educación, además de orientar hacia decisiones más justas.
Versión en español: Trad. Kaique Ortiz.
Revisión: Enrique Villamil.
