SERIE INFRA COP30

Centro de Innovación y Bioeconomía de la COP30: un compromiso con el desarrollo social y económico de Belém

Mediante el Convenio 71, Itaipú Binacional invierte en la estructuración del Centro, que albergará unas veinte empresas emergentes (startups) locales. En 2030, la bioeconomía podría generar ganancias globales de hasta 7,7 billones de dólares.

El casarón Higson se encuentra en la avenida 15 de Novembro y la Travessa Frutuoso Guimarães, en la Praça das Mercês. Foto: Gabriel Della Giustina/COP30
El casarón Higson se encuentra en la avenida 15 de Novembro y la Travessa Frutuoso Guimarães, en la Praça das Mercês. Foto: Gabriel Della Giustina/COP30

Por Franciéli Barcellos de Moraes / francieli.moraes@presidencia.gov.br

Tanto la oportunidad económica como el compromiso social con un desarrollo más justo y sostenible han llevado al gobierno federal —a través de Itaipú Binacional— a invertir en estructuras de bioeconomía en Belém, capital de Pará, como parte de la preparación para la COP30 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) en noviembre.

“"Organizar la COP30 en Belém nos enfrenta a una responsabilidad histórica: convertir a la ciudad en un ejemplo de cómo el desarrollo puede guiarse por principios de sostenibilidad, justicia social e innovación."

7,7 billones de dólares. Esta es la oportunidad de negocio prevista para la bioeconomía mundial en 2030. El informe "Una oportunidad de negocio para un mundo sostenible", elaborado por el Consejo Empresarial Mundial de Desarrollo Sostenible (WBCSD, por sus siglas en inglés), señala este beneficio potencial para los productos de base biológica que complementen o incluso sustituyan a los convencionales, haciendo hincapié en el uso de biomateriales en diferentes industrias de productos, como la farmacéutica, la textil, la de materiales de construcción y la de envases.

En el marco del Convenio 71 —que también incluye la compra de un barco impulsado por hidrógeno, acciones de educación ambiental y la reforma de Unidades de Valorización de Reciclables (UVR)—, otro proyecto está en marcha: el Centro de Innovación y Bioeconomía de Belém (CIBB), que albergará unas veinte startups. El Centro forma parte de los compromisos del gobierno federal para, más allá de preparar a la ciudad para la COP30, dejar un legado alineado con la lucha contra el cambio climático. 

"Organizar la COP30 en Belém nos enfrenta a una responsabilidad histórica: convertir a la ciudad en un ejemplo de cómo el desarrollo puede guiarse por principios de sostenibilidad, justicia social e innovación. Proyectos como este Centro no son solo inversiones en infraestructura; materializan un legado vinculado a la educación ambiental, gestión de residuos e innovación en bioeconomía", destaca Olmo Xavier, director de Infraestructura de la Secretaría Extraordinaria para la COP30 (SECOP) de la Presidencia de la República. 

El Centro estará ubicado en el casarón Higson, en el centro histórico de la ciudad, con vista al río Guamá y frente al Mercado Ver-o-Peso, una de las ferias libres más grandes de América Latina. El edificio, nombrado así por una empresa que lo ocupó durante décadas, está protegido por las autoridades municipales, estatales y federales como patrimonio histórico y fue restaurado para valorizar los saberes tradicionales e impulsar oportunidades para la comunidad local. 

El edificio colinda con la Iglesia Nossa Senhora das Mercês. Crédito: Jorge Vidal/SEINFRA Belém
El edificio colinda con la Iglesia Nossa Senhora das Mercês. Crédito: Jorge Vidal/SEINFRA Belém
Obras en el centro histórico de la ciudad. Crédito: Jorge Vidal/SEINFRA Belém
Obras en el centro histórico de la ciudad. Crédito: Jorge Vidal/SEINFRA Belém

Según Euler Sizo, secretario municipal de Obras e Infraestructura (SEINFRA), la elección del edificio como sede del CIBB se debe a varios factores, tales como su centralidad geográfica en la ciudad, que facilita el acceso, el valor histórico de la región y la integración con Ver-o-Peso, donde ya se realiza la mayor parte de las ventas relacionadas con los productos de la biodiversidad amazónica. "La importancia es también aportar una mayor profesionalización a todo el proceso, para que la gente gane más y sea más productiva. Y esto será un legado para Belém, para las generaciones venideras", dijo el secretario, con relación a la relevancia del proyecto para la población. La SEINFRA es responsable de la ejecución de las obras.

Carina Pimenta, secretaria nacional de Bioeconomía del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático (MMA) de Brasil, afirma que espacios como estos, donde es posible manipular, experimentar y entender qué son los productos de la bioeconomía, son importantes en dos sentidos: crear un ecosistema de apoyo a las empresas y también ayudar a difundir el concepto de bioeconomía a la sociedad en general.

"En el corazón de la bioeconomía, y también de la economía creativa, está la capacidad de innovación que vemos en las empresas, en el espíritu emprendedor, en la capacidad de la gente para crear productos y servicios que respondan a problemas concretos de la sociedad. Creo que el gran vínculo reside precisamente en esta relación entre inversión, innovación y espíritu empresarial, que surge en diversos contextos", afirmó.

Además de albergar startups de sectores como biojoyería, bioperfumería y fitofarmacéuticos, el Centro contará con una cafetería en la planta baja y un restaurante en la terraza, atractivos tanto para locales como turistas.

La mayor inversión de la historia de Itaipú 

La inversión de Itaipú Binacional en acciones y obras relacionadas con la COP30 representa la mayor contribución financiera de la historia de la empresa pública fuera de su área geográfica. En total, la ciudad cuenta con BRL 1.300 millones en inversiones de la binacional, que es la mayor generadora de energía limpia y renovable del planeta, promoviendo el desarrollo sostenible y fomentando las buenas prácticas ambientales y sociales.

"La misión de Itaipú, además de producir energía barata y de calidad, es cumplir su compromiso social y ambiental. Y no hay mejor objetivo socioambiental en el mundo que la COP30, que debate el clima mundial y, sobre todo, atrae la atención del mundo hacia Brasil y sus políticas de transición energética", afirmó Enio Verri, director general brasileño de la empresa, en una visita a las obras en febrero, junto con el presidente Lula.

Vocación bioeconómica 

En una ciudad situada en el mayor bioma de Brasil, cuna de la mayor biodiversidad de las selvas tropicales del mundo, la Amazonia, lugar de conocimientos indígenas centenarios y de técnicas locales innovadoras, la bioeconomía está arraigada a la vida y a los procesos empresariales desde hace mucho más tiempo que la creación de una expresión para este modelo. Así, el territorio amazónico es esencialmente fructífero para nuevas formas de negocio, el descubrimiento de nuevos insumos y la innovación en el sentido más amplio.

En el caso del proyecto “Filha do Combu”, la idea de negocio fructífero se convierte en literal. Desde hace casi 20 años, doña Nena, agricultora ribereña y empresaria de la isla, elabora chocolates artesanales ecológicos, fruto de una gestión responsable del cacao del bosque, que crece junto a otros frutos como el azaí, el copoazú y el plátano. Un proyecto de desarrollo sostenible en dos frentes: el medioambiental y el social, como explica la chocolatera.

(Doña Nena): "¿Cuál es mi relación con el bosque? Si pudiera, estaría todo el día con él", dice doña Nena. Crédito: Isabela Castilho/COP30
(Doña Nena): "¿Cuál es mi relación con el bosque? Si pudiera, estaría todo el día con él", dice doña Nena. Crédito: Isabela Castilho/COP30
(Lula y Macron): Los presidentes se tomaron una foto junto al árbol de Sumaúma situado en el terreno de doña Nena. Crédito: Ricardo Stuckert/PR
(Lula y Macron): Los presidentes se tomaron una foto junto al árbol de Sumaúma situado en el terreno de doña Nena. Crédito: Ricardo Stuckert/PR

"También es una forma de quedarnos en el campo y generar ingresos para la comunidad. La gente me pregunta por qué no pongo una tienda en la ciudad, y yo digo que es porque no generaría empleo para la gente de aquí. El objetivo es que la gente de aquí no tenga que irse a buscar trabajo fuera", explica doña Nena, que espera que la COP30 sea un momento para ampliar la forma de ver el bosque en el mundo. Los ingresos anuales de la empresa ya superan el millón de reales.

"La gente me pregunta por qué no pongo una tienda en la ciudad, y yo digo que es porque no generaría empleo para la gente de aquí. El objetivo es que la gente de aquí no tenga que irse a buscar trabajo fuera”

Para saber más sobre “Filha do Combu”, acceda al material audiovisual exclusivo de la COP30 en este enlace.

Dando visibilidad a emprendimientos como el de doña Nena, que son un ejemplo de la posibilidad de combinar la generación de empleo e ingresos con el mantenimiento de la floresta y el fortalecimiento de la bioeconomía, el año pasado, 2024, el presidente Lula, acompañado por el presidente francés Emmanuel Macron, en su primera visita a América Latina, visitó “Filha do Combu”, ubicada en la cuarta isla más grande de las 39 que componen la región insular de Belém. En la ocasión, los presidentes anunciaron un programa de inversiones por valor de unos 5.400 millones de reales en la bioeconomía de la Amazonia brasileña y la Guayana francesa.

El trabajo del gobierno brasileño en la materia

El año pasado, el 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, el presidente Lula firmó un decreto histórico por el que se creaba la Estrategia Nacional de Bioeconomía, con el fin de coordinar y aplicar políticas públicas para el desarrollo de la bioeconomía en el país. Entre las directrices de la estrategia figuran el fomento de la agricultura regenerativa, la restauración productiva, la recuperación de la vegetación autóctona, la gestión y producción forestal sostenible; el respeto a los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades tradicionales a la autodeterminación y al uso y gestión tradicionales de sus territorios; y el reparto justo y equitativo de los beneficios derivados del acceso al patrimonio genético y los conocimientos tradicionales asociados.

(BRICS): El presidente de la COP30 en la reunión ministerial del BRICS con la ministra del MMA, Marina Silva. Crédito: Isabela Castilho/BRICS Brasil
(BRICS): El presidente de la COP30 en la reunión ministerial del BRICS con la ministra del MMA, Marina Silva. Crédito: Isabela Castilho/BRICS Brasil

A nivel internacional, Brasil también ha construido una base sólida para su trabajo en la COP este año. En 2024, cuando el país presidía el G20, el foro que reúne a las principales economías del mundo, se lanzó la Iniciativa de Bioeconomía, que establece diez principios de alto nivel sobre el tema. El embajador André Corrêa do Lago, ahora presidente designado de la COP30, coordinó los trabajos.

"La bioeconomía es precisamente la conexión entre nuestro enorme poder natural y las personas que dependen de este medio para su desarrollo y la creación de empleo. ¿Cómo vamos a avanzar hacia una economía en la que el bosque genere resultados concretos para la sociedad amazónica, por ejemplo? Este es un tema muy importante, porque nos permite mejorar conceptos e incluir el tema en el debate internacional de forma más consistente y consensuada entre los países", enfatizó entonces el embajador.

Según la secretaria del MMA, Carina Pimenta, los principios aprobados están directamente relacionados con los temas de la Conferencia, especialmente en lo que se refiere a las acciones de mitigación y descarbonización en los sectores económicos. "Si queremos un modelo que mantenga la selva en pie, reduzca la deforestación y demuestre que es posible promover el desarrollo sostenible en la Amazonia, la bioeconomía es, sin duda, el principal camino a seguir, la principal estrategia del país para esta región. Y esto es lo que Brasil va a presentar en la COP, a través de acciones concretas", concluye.

En su presidencia del BRICS este año, Brasil también construyó un consenso sobre la agenda entre los países del Sur Global. El mes pasado, los ministros de Medio Ambiente del grupo aprobaron una declaración conjunta en la que subrayaron la importancia del “multilateralismo medioambiental”, destacando el potencial de la bioeconomía para construir un futuro sostenible y promover el crecimiento económico para todos.

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