Brasil convoca un "mutirão" global contra el cambio climático
En una carta, la presidencia brasileña de la COP30 hace un llamado a países, empresas y comunidades para que vayan más allá de las promesas y actúen colectivamente para acelerar la implementación; la COP30 debe iniciar una nueva década de acción global contra el cambio climático.

Redacción de la página web COP30
El embajador André Corrêa do Lago, presidente de la COP30 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), publicó el lunes, 10 de marzo, una carta en la que convoca al mundo a una acción colectiva y urgente en un "mutirão" (esfuerzo conjunto) para enfrentar el cambio climático. El documento subraya la necesidad de cooperación internacional para acelerar la implementación de soluciones climáticas en una nueva década de acción global para luchar contra la crisis climática.
Para mantener vivo el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1.5ºC, Brasil invita a la comunidad internacional a un "mutirão", palabra en portugués derivada de la lengua indígena tupí-guaraní, que se refiere a un grupo que se reúne para trabajar en una tarea compartida. Solo comprendiendo la gravedad del escenario y actuando contra la catástrofe y el negacionismo será posible “reescribir un futuro diferente”.
“Juntos, podemos transformar la COP30 en el momento en que remontamos el partido, cuando implementamos nuestros logros políticos y nuestro conocimiento colectivo sobre el clima para cambiar el rumbo de la próxima década”, afirmó Corrêa do Lago en el documento, que también destaca la importancia de defender y fortalecer el régimen climático multilateral.
La expectativa de Corrêa do Lago es que la COP30 sea un punto de inflexión en la lucha climática global y el momento de “remontar el partido cuando la derrota parece inevitable”. Para ello, el diplomático subraya la necesidad de alinear los esfuerzos de Gobiernos, empresas, mercados, pequeños comercios, científicos y académicos, agentes tecnológicos y otros.
El llamado coincide con la confirmación de que 2024 fue el año más cálido jamás registrado y el primero en el que la temperatura media global superó los 1.5°C por encima de los niveles preindustriales. La COP30, por lo tanto, debe ser un punto de inflexión en la lucha contra el cambio climático, con la coordinación de esfuerzos entre gobiernos, empresas, mercados, pequeños negocios, científicos, académicos, innovadores tecnológicos, entre otros.
“El cambio es inevitable – ya sea por elección o por catástrofe. Si el calentamiento global no se controla, se nos impondrá un cambio que desestabilizará nuestras sociedades, economías y familias”, afirma el presidente de la COP30. “Escoger este cambio nos brinda la oportunidad de un futuro que no esté dictado por la tragedia, sino por la resiliencia y la capacidad de actuar hacia una visión que nosotros mismos proyectemos”.
Palancas para el clima
En la evaluación de Corrêa do Lago, ha habido avances colectivos importantes, pero aún queda mucho por hacer para alcanzar el objetivo de 1.5ºC. Con el libro de reglas del Acuerdo de París concluido en 2024, este año la conferencia climática de la ONU debe marcar el inicio de una nueva década de inflexión en la lucha climática global para implementar lo que se había acordado.
Según el embajador, es necesario activar todas las palancas posibles para alinear los esfuerzos con los objetivos a largo plazo del Acuerdo de París en relación con la temperatura, la resiliencia y los flujos financieros, por ejemplo. Los responsables de políticas nacionales y los líderes políticos no solo deben presentar Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) compatibles con el objetivo de 1.5ºC, sino también comprometerse con la cooperación internacional para fortalecer las capacidades e instituciones en todos los países.
“Reconociendo que todos somos interdependientes en la lucha contra el cambio climático, debemos admitir que la comunidad internacional es tan fuerte como su eslabón más débil.”, afirma el embajador.
Un aspecto clave de la COP30 será abordar la adaptación junto con la mitigación. Entre las prioridades de la conferencia está cumplir con el mandato sobre indicadores globales de adaptación, avanzar en la "Hoja de Ruta de Bakú para la Adaptación" y en el diálogo de alto nivel de Bakú sobre adaptación. “Para que los objetivos climáticos se logren, la financiación de la adaptación y la mitigación deberá aumentar exponencialmente”, señala la carta.
Como parte de este esfuerzo, Corrêa do Lago destacó el compromiso de Brasil y Azerbaiyán con el trabajo conjunto en la "Hoja de Ruta de Bakú a Belém para 1.3 billones”, que señalará formas de aumentar la financiación climática para los países en desarrollo. El presidente de la COP30 también defendió que los Bancos Multilaterales de Desarrollo y las Instituciones Financieras Internacionales deben evolucionar “hacia entidades más grandes, mejores y más eficaces, que apoyen estructuralmente una acción climática más ambiciosa”.
Los bosques son la clave
André Corrêa do Lago aboga por la ciencia como elemento esencial para reevaluar el papel de los bosques y de las comunidades que los preservan. Según él, representan una ventana de oportunidad y pueden ayudar a ganar tiempo en la acción climática, siempre que haya más apoyo e inversión global a través de recursos financieros, transferencia de tecnología y capacitación, y que aprovechar este potencial requiere un esfuerzo global.
“Si revertimos la deforestación y recuperamos lo que se ha perdido, podremos activar la eliminación masiva de gases de efecto invernadero de la atmósfera y, al mismo tiempo, devolver a la vida los ecosistemas. Además, ecosistemas más sanos pueden ofrecer oportunidades para la resiliencia y la bioeconomía, promoviendo medios de vida locales, creando cadenas de valor sofisticadas y generando innovaciones en biotecnología”, analiza el embajador.
Versión en español: Trad. Kaique Ortiz
Revisión editorial y edición: Enrique Villamil