GOBERNANZA CLIMÁTICA

En la ONU, Brasil defiende la agenda de la COP30 para acelerar y fortalecer la gobernanza climática

En la ONU, André Corrêa do Lago, presidente de la COP30, destacó entre las prioridades de la COP30 ampliar la eficacia de las negociaciones; fomentar que los países adopten NDC más ambiciosas; ampliar el enfoque en medidas de adaptación y en las sinergias entre la agenda climática y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

En una reunión informal en la Asamblea General de la ONU, André Corrêa do Lago, presidente de la COP30, destaca las prioridades de la conferencia que se celebrará en Brasil en noviembre. Imagen: Reproducción
En una reunión informal en la Asamblea General de la ONU, André Corrêa do Lago, presidente de la COP30, destaca las prioridades de la conferencia que se celebrará en Brasil en noviembre. Imagen: Reproducción

“Ante la urgencia climática, la complejidad de nuestra tarea consiste en fortalecer la gobernanza climática y proporcionar agilidad, preparación y anticipación tanto en la toma de decisiones como en su implementación”, declaró el embajador André Corrêa do Lago en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el miércoles 5 de marzo. La sesión informal se dedicó a la presentación de las prioridades y preparación para la COP30 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), que se celebrará en Belém, Pará, en noviembre.

Según Corrêa do Lago, presidente de la COP30, el país espera que los debates en torno a la Conferencia hagan posible “un impulso decisivo” para proteger y ampliar el legado institucional de la COP, conectar las negociaciones con la vida real y acelerar la implementación del Acuerdo de París con soluciones de impacto en el régimen climático multilateral, así como en la gobernanza global y arquitectura financiera.

“Necesitamos una nueva era más allá de las negociaciones, mientras seguimos reforzando el régimen. Debemos ayudar a poner en práctica lo que hemos acordado. La COP30 debe representar una transición decisiva de la fase de negociación del régimen. El Acuerdo de París está funcionando, pero debemos avanzar más rápido”, declaró el embajador.

Por NDCs más ambiciosas

El embajador destacó el compromiso de la COP30 de impulsar los procesos y mecanismos dentro y fuera de la UNFCCC (Secretaría de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) hacia los objetivos a largo plazo del Acuerdo de París, incluyendo impulsar el compromiso de los países con Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC) más ambiciosas. “Los líderes nacionales deben honrar su compromiso de limitar el aumento de la temperatura a 1.5 °C. De ello dependen vidas humanas, empleos futuros y entornos saludables”, señaló.

Corrêa do Lago declaró que se espera que la Conferencia en Brasil realice un balance de las NDCs. No obstante, subrayó que, al ser compromisos nacionales y no estar incluidos en las negociaciones multilaterales, la presidencia brasileña se compromete a fomentar “reflexión colectiva franca sobre los cuellos de botella que han obstaculizado la ambición y la implementación climática”.

Adaptación en el centro del debate

Según Corrêa do Lago, a medida que el mundo enfrenta y se recupera de fenómenos climáticos extremos, hay urgencia en garantizar que 2025 sea un punto de inflexión en las cuestiones relacionadas con la adaptación climática y los Planes Nacionales de Adaptación. “La adaptación ya no es una opción, ni compite con la mitigación. Sobre la base de los avances en la meta global de adaptación (GGA) en la COP28 y COP29, debemos cumplir nuestro mandato legal sobre indicadores en el marco del programa de trabajo”, declaró el embajador.

Corrêa do Lago también destacó la necesidad de buscar sinergias entre las agendas climáticas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), “a través de una fuerte participación pública”. “Es urgente abordar de manera integral y sinérgica las crisis globales interrelacionadas del cambio climático y la pérdida de biodiversidad en el contexto más amplio de la consecución de los ODS”, afirmó.

El embajador también subrayó la necesidad de reconocer el papel y las contribuciones de las comunidades indígenas y locales en la gestión de la naturaleza y en liderar las acciones contra el cambio climático, considerando los efectos desproporcionados que la crisis provoca en la vida de estos grupos.

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