Financiación climática: evitar el cambio climático sería mucho más económico que luchar contra sus efectos
En el Acuerdo de París, los países ricos se comprometieron a destinar USD 100 mil millones anuales para financiar la sostenibilidad en las naciones en desarrollo. La COP 30 busca acelerar las acciones para enfrentar el cambio climático, movilizando recursos tanto públicos como privados para reducir emisiones y combatir la emergencia climática global.

Por Thayara Martins | thayara.martins@presidencia.gov.br
En el marco del Acuerdo de París, varios países han asumido el compromiso de movilizar recursos por un monto de USD 100 mil millones anuales, con el fin de financiar proyectos de sostenibilidad en los países en desarrollo. Además, los países desarrollados ofrecerán apoyo técnico a las economías emergentes para enfrentar los desafíos del cambio climático, ya sea mediante la adaptación a sus impactos o la implementación de medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Según Aloísio Melo, director de Mitigación e Instrumentos de Implementación del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático (MMA), la financiación climática puede obtenerse de diversas fuentes: bancos multilaterales, fondos específicos, recursos privados o incluso financiación de los propios países. En su opinión, resulta imposible que una sola fuente pueda satisfacer todas las necesidades financieras.
Melo señala que varios estudios, incluido uno realizado por Nicholas Stern, experto en cambio climático del Gobierno del Reino Unido, junto con otros expertos internacionales, estiman que para 2030 se requerirán entre USD 6,3 y 6,7 billones anuales a nivel global para abordar el cambio climático. Estas cifras permitirían financiar la transición energética, implementar medidas de adaptación ante los impactos, aumentar la resiliencia frente a las pérdidas y daños ocasionados por fenómenos climáticos extremos, restaurar bosques y compensar diversos efectos sociales del cambio climático.
Reconociendo lo elevadas que son estas cifras, Melo menciona el sector del transporte como un ejemplo de la complejidad del desafío, dado que este depende en gran medida de los combustibles fósiles. En los países sin producción de biocombustibles, será necesario comenzar a producirlos o importarlos gradualmente para sustituir los autobuses diésel por modelos eléctricos. A su juicio, esto requiere inversiones significativas y, por ello, los cambios se implementan a medida que las nuevas tecnologías están disponibles a costos razonables.
"Por ejemplo, a corto plazo, sería muy difícil reemplazar todos los camiones tradicionales por camiones eléctricos, sobre todo en el transporte de carga de larga distancia. Sin embargo, mientras esto no sea posible, existen otras medidas, como el uso de biodiésel. Además de mejorar la calidad de las carreteras para reducir la necesidad de frenar y acelerar constantemente, lo cual genera mayor contaminación", afirmó.
A mediano y largo plazo, el director enfatiza que los Gobiernos deben contemplar modelos de infraestructura de transporte más eficientes y menos dependientes del carbono, incluyendo la implementación de ferrocarriles, transporte fluvial y flotas de vehículos eléctricos. También es fundamental considerar la adaptación; por ejemplo, al diseñar una carretera o una vía férrea, se debe tener en cuenta la probabilidad de lluvias más intensas que en el pasado, lo que podría requerir modificaciones en su diseño.
"Ahora imaginemos estos cálculos aplicados a la construcción civil, la industria y la agricultura; es decir, a todas las áreas de la vida humana. Así se comprende la magnitud de la financiación climática y, por ende, los elevados montos que se requieren", subrayó Melo.
COP30: mirada hacia el futuro y una acción rápida
En este contexto, Melo sostiene que la COP30 prestará especial atención a la aceleración de las acciones con los recursos disponibles, centrándose en lo que todos los países pueden hacer con los recursos financieros que disponen. Para ello, es crucial actuar con celeridad, involucrando a los Gobiernos Federal, Estatal y Municipal, así como al sector privado y a las comunidades, en la implementación de acciones concretas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y fortalecer la resiliencia ante los impactos del cambio climático. Además, se discutirán formas de aumentar la disponibilidad de inversiones.
Melo destaca los programas gubernamentales brasileños en vigor que facilitan la captación de recursos externos y préstamos para actividades sostenibles, mostrando a otros países cómo es posible innovar en la movilización de financiación, tanto público como privado. Al fin y al cabo, los empresarios también están interesados en utilizar tecnologías menos intensivas en carbono y en contar con infraestructuras más resilientes.
"Creo que lo que se espera de la COP30, en Brasil, es que sea un encuentro para analizar lo que se debe hacer de manera práctica para transformar las economías, la infraestructura, la generación de energía, la organización de las ciudades, la correcta eliminación de los residuos; es decir, todas las acciones concretas que podemos tomar para hacer frente a esta emergencia climática", advirtió Melo.
Ruta de Bakú a Belém
La Conferencia de las Partes que supervisa el Acuerdo de París (CMA) hizo un llamado a todos los actores para que trabajen juntos con el fin de ampliar la financiación a los países en desarrollo, utilizando fuentes públicas y privadas para alcanzar al menos USD 1,3 billones anuales hasta 2035.
Asimismo, la CMA lanzará la "Ruta de Bakú a Belém", cuyo objetivo será ampliar la financiación climática, apoyar medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover vías de desarrollo resilientes para implementar las contribuciones determinadas a nivel nacional y los planes nacionales de adaptación.
La ruta incluirá consultas a los países y será elaborado de manera inclusiva, participativa y transparente. Las instituciones de financiación climática, el sector privado y otros actores podrán enviar sus sugerencias hasta el 21 de marzo al correo electrónico climatefinance@unfccc.int.
Versión en español: Trad. Kaique Ortiz.
Revisión y edición: Enrique Villamil.