Declaración de apertura del presidente designado de la COP30 en el Diálogo sobre el Clima de Petersberg
Estimada Jennifer Lee Morgan, secretaria de Estado y enviada especial para la Acción Climática Internacional de Alemania.
Excelentísimos ministros, autoridades de la ONU, diplomáticos, representantes de la sociedad civil y organizaciones académicas, señoras y señores.
Es un inmenso placer estar nuevamente en Berlín y reencontrarme con todos ustedes en el Diálogo sobre el Clima de Petersberg.
Este diálogo ha servido durante más de dos décadas como un foro político vital para avanzar en la agenda climática global.
La edición de este año tiene una importancia particular, ya que representa un paso crucial para alcanzar resultados exitosos en la COP30 en Belém, la primera COP celebrada después de un año calendario completo en el que el mundo ha superado el límite de temperatura de 1.5 °C establecido por el Acuerdo de París.
Los crecientes impactos del cambio climático se están sintiendo en todos los países y regiones. Al mismo tiempo, las soluciones y oportunidades están emergiendo con más claridad que nunca, desde la revolución digital hasta la acelerada reducción de los costos de la energía renovable.
Debemos aprovechar estos avances para mantenernos competitivos mientras fortalecemos la resiliencia, garantizamos la seguridad energética, erradicamos la pobreza y el hambre, y promovemos un desarrollo sostenible con visión de futuro. No podemos tener una visión a corto plazo.
En un momento de serios desafíos geopolíticos, socioeconómicos y medioambientales, debemos fortalecer el multilateralismo, conectar el régimen climático con la vida real de las personas y avanzar con ajustes estructurales más allá de la Convención del Clima para acelerar la implementación del Acuerdo de París.
Como mencioné en mi primera carta como presidente de la COP30, este año marcará dos aniversarios significativos. La COP30 será el 20.º aniversario de la entrada en vigor del Protocolo de Kioto y el 10.º aniversario del Acuerdo de París.
Estos acuerdos han dado forma a nuestro marco climático global y, sin embargo, el camino a seguir sigue siendo largo. Nuestra tarea es garantizar que el impulso de estos tratados históricos no solo se preserve, sino que se acelere.
La COP30 será una oportunidad para reafirmar la importancia del multilateralismo y de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Ningún país puede resolver esta crisis por sí solo. Debemos trabajar en conjunto para alcanzar nuestros objetivos comunes.
En mi carta a la comunidad internacional, mencioné el concepto brasileño de “mutirão” (esfuerzo conjunto), que se refiere a una comunidad que se une para realizar una tarea colectiva. Al compartir esta invaluable sabiduría ancestral y tecnología social, la futura presidencia de la COP30 invita a la comunidad internacional a unirse a Brasil en un “mutirão” global contra el cambio climático, un esfuerzo colectivo de cooperación entre los pueblos para el progreso de la humanidad.
Los Gobiernos deben hacer su parte en este esfuerzo global, presentando planes climáticos nacionales ambiciosos – nuestras Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés). Juntos, nuestros esfuerzos nacionales deben estar alineados con nuestra determinación común de limitar el calentamiento global a 1.5 °C. Unamos nuestras fuerzas en este esfuerzo colectivo global contra el cambio climático.
La tarea que tenemos por delante no puede ser llevada a cabo por ninguna nación de manera aislada. El cambio climático es un problema global que requiere una solución global. Exige niveles sin precedentes de cooperación internacional, solidaridad y responsabilidad compartida.
Por otro lado, no solo debemos involucrar a los Gobiernos, sino también a la diversa comunidad global: la sociedad civil, las empresas, los movimientos juveniles, las comunidades indígenas y los líderes científicos. Juntos somos más fuertes, y la solución al cambio climático no está en manos de un solo grupo.
Tenemos que construir un "movimiento de movimientos", una coalición de voces diversas unidas por el propósito común de un futuro sostenible y equitativo. Nuestro enfoque debe ser inclusivo, integrando a todos los agentes y garantizando que nadie quede atrás.
En la COP30, también debemos conectar las negociaciones con el mundo real, demostrando los resultados concretos de nuestro régimen en la vida cotidiana de las personas.
La COP30 se celebrará en el corazón de la Amazonia. La Amazonia desempeña un papel central en la regulación de nuestro clima, en la preservación de la biodiversidad y en el sustento de millones de personas.
Albergar esta conferencia en la región amazónica es un recordatorio poderoso de la urgencia de proteger nuestros ecosistemas más valiosos y de comprender su valor insustituible dentro de nuestra estrategia climática global.
A medida que avanzamos, es fundamental reconocer las profundas desigualdades en el impacto del cambio climático. Los países en desarrollo y las comunidades vulnerables, especialmente aquellas en el Sur Global, son los que más sufren los impactos climáticos, a pesar de haber contribuido menos al problema.
La justicia climática no es solo una aspiración; es un principio fundamental que debe guiar todas las decisiones que tomemos en la COP30. Debemos garantizar que las comunidades más afectadas estén en el centro de nuestras soluciones y que sus voces sean escuchadas en la definición del camino a seguir.
Mientras nos reunimos aquí para continuar las negociaciones, no debemos olvidar que la COP30 necesita ser un punto de inflexión. Ya hemos debatido, discutido y negociado. Ahora es el momento de implementar. El mundo nos está observando, y el planeta está esperando.
El Acuerdo de París es nuestra hoja de ruta compartida hacia un futuro sostenible. La meta de limitar el calentamiento global a 1.5 °C es más urgente que nunca. En la COP30, debemos reafirmar este compromiso y trabajar para garantizar que cada país fortalezca sus contribuciones nacionales.
Pero los compromisos por sí solos no son suficientes. Debemos responsabilizarnos por las promesas hechas y redoblar nuestros esfuerzos para alcanzar estas metas. No podemos seguir esperando.
Los sistemas de gobernanza actuales –nuestras capacidades estatales y multilaterales– no están preparados para los graves riesgos sobre los que la ciencia nos alerta. El cambio climático nos exige innovar hacia nuevos modelos para hacer frente a desafíos sin precedentes, ya que las suposiciones del pasado se vuelven obsoletas en un entorno que cambia de manera exponencial, al igual que las soluciones que evolucionan e impactan de forma igualmente exponencial.
En la Cumbre del G20 en Río, el año pasado, el presidente Lula invitó a la comunidad internacional a explorar el concepto de un nuevo Consejo de la ONU para el Cambio Climático, una plataforma de cooperación climática capaz de acelerar la implementación del Acuerdo de París y de las decisiones de la COP, reuniendo esfuerzos que hoy están fragmentados.
Aunque la futura presidencia de la COP30 reconoce humildemente que no pretende presentar respuestas predefinidas, sí tiene la determinación de plantear preguntas críticas que deben ser respondidas colectivamente, reuniendo lo mejor del conocimiento y la ciencia.
Ante varias incertidumbres políticas, económicas y medioambientales, y evitando la creación de nuevas instancias burocráticas, la cooperación internacional podría beneficiarse de una plataforma permanente para el intercambio rápido de datos, conocimientos e inteligencia, al mismo tiempo que articula redes, recursos, procesos, mecanismos y agentes dentro y fuera de la ONU.
Una plataforma para apoyar a los países vulnerables en situaciones de emergencia, implementar el Acuerdo de París y las decisiones de las COP. Debemos marcar la diferencia a nivel local, alineando esfuerzos globalmente.
Invitamos a todos los participantes de este Diálogo a involucrarse en conversaciones abiertas y constructivas, guiadas por el espíritu de cooperación –o, como podemos decir, el espíritu de "mutirão"– tan esencial para enfrentar un desafío tan complejo como el cambio climático, con sus dimensiones sociales, económicas y medioambientales profundamente interconectadas. Frente a una crisis global compartida, el multilateralismo y la gobernanza global son más necesarios que nunca.
No podemos ignorar las pérdidas y daños que ya están ocurriendo, especialmente en los países más vulnerables. Es esencial que la COP30 aborde la cuestión de las pérdidas y daños de manera significativa.
Necesitamos mecanismos financieros sólidos para apoyar a quienes sufren los impactos climáticos. Debemos garantizar que los fondos y recursos lleguen a quienes más los necesitan, sin demoras.
El sector privado tiene un papel crucial en la lucha contra el cambio climático. Las empresas no solo son fundamentales para la implementación de soluciones sostenibles, sino que también son motores esenciales de la innovación.
La COP30 pretende fortalecer la alianza entre Gobiernos, empresas e instituciones financieras, garantizando que el sector privado contribuya significativamente a la transición global hacia una economía baja en carbono.
El financiamiento climático sigue siendo un pilar central de la política climática global. En la COP30, debemos reafirmar nuestro compromiso con la asignación de recursos financieros para el clima, especialmente para los países en desarrollo.
La futura presidencia de la COP30 espera con entusiasmo la colaboración con la presidencia de la COP29 orientada por la “Hoja de Ruta de Bakú a Belém hacia 1.3 billones”, con el objetivo de ampliar el financiamiento climático para los países en desarrollo.
Esta hoja de ruta debe servir como un eje para impulsar inversiones en caminos de bajo carbono y resiliencia climática en los países en desarrollo.
Los pueblos de la selva, incluidos los pueblos indígenas, las comunidades tradicionales y los quilombolas (cimarrones), son guardianes de la tierra y agentes clave en nuestra lucha contra el cambio climático. Su conocimiento, sus tradiciones y sus modos de vida son invaluables en nuestro camino común hacia la sostenibilidad. En la COP30, debemos garantizar que las comunidades indígenas no solo sean escuchadas, sino que también sean respetadas en los procesos de toma de decisiones. Sus voces deben guiar nuestras políticas y estrategias.
Si bien los Gobiernos deben liderar, es fundamental reconocer el papel de las ciudades, regiones, empresas e individuos en la lucha contra el cambio climático. Las acciones de los Gobiernos locales y los ciudadanos complementarán los esfuerzos a nivel internacional. La COP30 buscará fortalecer a estos agentes y garantizar que la respuesta al cambio climático sea un esfuerzo colectivo y global.
La ciencia y la innovación serán la base de nuestras futuras soluciones climáticas. La COP30 subrayará la necesidad de seguir invirtiendo en investigación y tecnología, permitiéndonos descubrir nuevas soluciones para mitigar y adaptarnos al cambio climático. Las contribuciones de la comunidad científica deben estar en el centro de nuestras decisiones y acciones.
Por fin, al reunirnos aquí hoy, debemos recordar que estamos unidos por la esperanza. Aunque los desafíos son inmensos, las oportunidades también lo son. Nuestras acciones hoy darán forma al futuro de nuestros hijos, nietos y las próximas generaciones. Juntos, podemos enfrentar este desafío. Juntos, inspiraremos al mundo a tomar las medidas audaces y decisivas necesarias para garantizar un futuro sostenible y justo para todos.
Muchas gracias.
Versión en español: Trad. Kaique Ortiz.
Revisión: Enrique Villamil.